Terapia no invasiva, totalmente innovadora sustitutiva en muchas ocasiones a la intervención quirúrgica en el tratamiento de patologías traumáticas de origen crónico.
Históricamente las ondas de choque se utilizaban sólo para desintegrar cálculos renales desde el exterior, actualmente se ha descubierto su eficacia en lesiones músculoesqueléticas.
El mecanismo se basa en la acción a alta velocidad de ondas acústicas controladas producidas por el impacto de un balín contra una placa a través de aire comprimido, que penetran en los tejidos músculoesqueléticos produciendo numerosos efectos fisiológicos en el organismo.